La Roca del Orso

entre mito y naturaleza en el mar de Palau

A 120 metros de altura, el "guardián" de granito esculpido por la naturaleza observa el Archipiélago de La Maddalena y cuenta historias de antiguos navegantes del Mediterráneo.

¿Alguna vez has estado al pie de la famosa Roca del Oso? Si la respuesta es no, te contaré sobre un lugar que no solo es una obra maestra de la naturaleza, sino también un pedazo de historia envuelto en leyendas milenarias.

Una de las rocas más famosas de Cerdeña, convertida en monumento natural en 1993 y fácilmente accesible desde el Hotel Capo d’Orso. Esta imponente escultura natural se alza a unos 120 metros sobre el nivel del mar, ofreciendo una vista impresionante de las islas del Archipiélago de La Maddalena y del cercano centro de Palau. Una roca de granito tafonada modelada por los vientos y la erosión a lo largo de millones de años y que, vista desde cierto ángulo, toma la forma de un oso que observa el mar.


Una atracción que se ha convertido en una parada obligada para los cazadores de atardeceres y panoramas de postal, además de ser muy apreciada para una inmersión en la naturaleza. Muchos amantes de las caminatas siguen cada año el sendero panorámico de medio kilómetro que parte del fuerte de Capo d’Orso, una de las numerosas fortificaciones militares del siglo XIX presentes en la zona. Este recorrido, apto para todos y que se desarrolla en una ligera subida, está enriquecido con paneles informativos sobre las especies animales y las principales plantas del matorral mediterráneo, hasta llegar al promontorio desde el cual se puede disfrutar de la vista de todo el Archipiélago de La Maddalena.


La Roca del Orso no es solo naturaleza. También es un lugar lleno de encanto ligado a grandes navegantes y antiguos mitos. Según Victor Berard, un escritor estudioso de Homero, este lugar podría identificarse con la tierra de los Lestrigones, gigantes caníbales mencionados en el décimo libro de la Odisea. En busca de provisiones, Ulises desembarca con sus tres naves en una fuente llamada “Artacia”, es decir, del oso, y allí encuentra una población hostil que banquetea con su tripulación y destruye dos naves. El mismo Ulises se ve obligado a huir con la única embarcación que le queda.


Un relato que va más allá del poema épico: estudios recientes han evidenciado rastros de presencia humana que se remontan al periodo prenurágico y nurágico, con hallazgos de fragmentos cerámicos y otros objetos de piedra que testimonian una larga historia de asentamientos humanos.

Incluso el nombre “Capo d’Orso” se remonta a tiempos muy lejanos. La roca en forma de oso era muy conocida por los antiguos marineros, tanto que las coordenadas y la descripción de este promontorio fueron incluso anotadas por Ptolomeo, el geógrafo griego del siglo II d.C., quien lo identificaba como “Promontorium Arcti”, es decir, “Promontorio del Oso”.

Durante tus vacaciones en el norte de Cerdeña, toca con mano la historia y, quién sabe, escucha el eco de las antiguas leyendas que aún hoy animan este promontorio mágico.